El cloud computing hace referencia a la ejecución de las cargas de trabajo en las nubes, las cuales son entornos de TI que extraen, agrupan y comparten recursos flexibles en una red. El cloud computing y las nubes no son tecnologías en sí mismas.
Cloud computing es un proceso mediante el cual se lleva a cabo la ejecución de una determinada carga de trabajo en una nube.
Las nubes son entornos: se trata de los sitios donde se ejecutan las aplicaciones.Las tecnologías son elementos: son los sistemas de software y hardware que se utilizan para diseñar y usar las nubes.
Nubes públicas, privadas, híbridas y multiclouds
Antes, la diferencia entre las nubes públicas, privadas, híbridas y multicloud radicaba en la ubicación y la propiedad. Pero ya no es tan sencillo. Por eso, aunque nos hemos esforzado por definir los principales tipos de nube, lo hacemos pensando en el futuro. Con esto nos referimos a que tenemos en cuenta que las explicaciones del pasado quizá no determinen cómo se utilizarán las nubes más adelant
¿Cómo se crea una nube?
No existe una única e ideal infraestructura o arquitectura de nube. Todas las nubes requieren sistemas operativos, como Linux®, pero la infraestructura de la nube puede incluir diferentes sistemas de software y servidores dedicados, de virtualización o de contenedores que permiten extraer, agrupar y compartir recursos escalables en una red. Por lo tanto, es más apropiado definir las nubes por sus funcionalidades en lugar de por su composición. Puede considerar que ha creado una nube si ha configurado un sistema de TI con las siguientes características:
Otras máquinas tienen acceso a través de una red. La nube contiene un almacenamiento de recursos de TI. Puede ser desplegada y adaptada rápidamente.
Puede crear una nube privada por su cuenta o utilizar una infraestructura de nube predefinida, como OpenStack®. Existen numerosos proveedores de servicios en la nube en todo el mundo. A continuación, se muestran algunos de los más reconocidos:
Amazon Web Services (AWS)Google CloudIBM CloudMicrosoft Azure
Para crear una estrategia de nube híbrida, es necesario contar con un nivel de portabilidad, organización y gestión de cargas de trabajo. Las interfaces de programación de aplicaciones (API) y las redes privadas virtuales (VPN) son los métodos estándar para establecer estas conexiones. Muchos proveedores de servicios en la nube incluso ofrecen a sus clientes una VPN preconfigurada como parte de sus paquetes de suscripción.
Google Cloud ofrece Dedicated Interconnect.
Amazon Web Services ofrece Direct Connect. Microsoft Azure ofrece ExpressRoute. OpenStack ofrece OpenStack Public Cloud Passport.
Otra forma de crear una nube híbrida es mediante la ejecución del mismo sistema operativo en todos los entornos y desarrollando aplicaciones en la nube basadas en plataformas de contenedores que sean gestionadas por un motor de organización universal como Kubernetes. El sistema operativo se encarga de la gestión del hardware, mientras que la plataforma de gestión se encarga de administrar las aplicaciones. De esta manera, es posible implementar casi cualquier aplicación en prácticamente cualquier entorno sin necesidad de realizar modificaciones en la aplicación, capacitar nuevamente al personal, dividir la gestión o comprometer la seguridad.
Automatización en una nube híbrida
Debido a que las nubes híbridas dependen de la infraestructura virtual, presentan una gran complejidad en torno al autoservicio, el control y el cumplimiento normativo, la gestión de los recursos, los controles financieros y la planificación de la capacidad. Las herramientas de automatización y gestión de la nube permiten mantener una mayor visibilidad y supervisión en estos recursos dispares.
Además, la automatización de recursos en todos los entornos ahora es posible gracias a las tecnologías de automatización actuales, como Red Hat® Ansible® Automation Platform. La integración de estas funciones de automatización modernas en entornos multicloud reduce la complejidad del entorno, mejora la seguridad de la nube y optimiza el rendimiento de las cargas de trabajo, tanto para aplicaciones tradicionales como aquellas desarrolladas en la nube.