Israel anuncia ataques terrestres en Rafah, último refugio para más de un millón de personas en Gaza | Internacional

“También llegaremos a Rafah”. El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, ha despejado en las últimas horas las posibles dudas sobre las intenciones de su ejército. De su anuncio se desprende que están decididos a atacar y desplegarse hasta en el último palmo de Gaza. Mientras tanto, no hay anuncios concretos por ninguna de las partes en conflicto que acerquen a un alto el fuego. Rafah, en el extremo meridional del enclave palestino y fronterizo con Egipto, se ha convertido en un tapón de más de un millón de personas que huyen de los ataques israelíes. Los desplazados no dejan de llegar hasta allí en un goteo incesante en medio de una huida desesperada, según Israel ha incrementado la presión militar sobre la vecina Jan Yunis, alertan desde Naciones Unidas.

En medio de ese éxodo, “Rafah es una olla a presión de la desesperación y tememos por lo que pueda venir a continuación”, ha alertado este viernes Jens Laerke, portavoz de la oficina de asuntos humanitarios de Naciones Unidas, refiriéndose a las gravísimas consecuencias de que las operaciones militares terrestres se puedan extender hacia el sur. El temor crece entre la población a raíz de lo anunciado en las últimas horas por las autoridades israelíes. “En cada esquina de Rafah se pueden encontrar desplazados internos durmiendo en las calles, desprotegidos, sufriendo las inclemencias de la lluvia y el frío. No aguantamos más, estamos muy cansados”, describe a través de mensajes Karim, un empleado de una ONG que prefiere que, por seguridad, no se publiquen más datos sobre él.

“Quiero insistir en nuestra profunda preocupación por la escalada de hostilidades en Jan Yunis, lo que ha dado lugar a un aumento del número de desplazados internos que buscan refugio en Rafah en los últimos días”, alertó Laerke desde Ginebra en declaraciones recogidas por la agencia Reuters. La posible llegada de los tanques y la infantería de las tropas israelíes a Rafah es considerada como la puntilla para una población de más de un millón de desplazados que no puede escapar más abajo, donde se topan con el muro fronterizo con Egipto. “Tenemos mucho miedo de que eso ocurra. Sería algo horrible para nosotros, no quiero ni pensar lo que nos puede llegar a ocurrir si entran en Rafah. Podría ser una masacre”, añade Karim. Sobreviven golpeados por cuatro meses de guerra, sin techo bajo el que hallar cobijo, con el sistema sanitario colapsado, sin apenas comida ni agua, sin electricidad ni combustible y a expensas del rigor del invierno.

Varios niños se refugian en una tienda improvisada, en un campo para palestinos desplazados en Rafah, este viernes al sur de la Franja.HAITHAM IMAD (EFE)

Avanzado el jueves, Yoav Gallant anunció en un comunicado que sus tropas estaban alcanzando los objetivos marcados en Jan Yunis, donde se centra la operación terrestre desde hace semanas, y donde da por desmantelada la infraestructura de Hamás. En todo caso, Israel sigue sin capturar o anunciar la muerte de ninguno de los más altos mandos del entramado islamista, que tendría en esa localidad su principal bastión. “Estamos cumpliendo nuestras misiones en Jan Yunis y también llegaremos a Rafah para eliminar los terroristas que nos amenazan”, señaló el ministro. El alto comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Volker Turk, se mostró “altamente preocupado” por las palabras de Gallant, que han hecho “sonar las alarmas”.

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Karim, en la treintena, relata angustiado cómo, además de sus dos hijas, en dos meses esperan el nacimiento de un hijo. “Mi mujer llega a su séptimo mes de embarazo. Ni siquiera podemos encontrar ropa para el bebé. La estoy buscando desde hace más de un mes en los mercados, pero nada”. Vive bajo la incertidumbre y el temor permanente por que algo pueda ocurrir a sus hijas, su mujer, su hermana, sus padres… “No queremos que nos desnuden y caminar sin ropas por las calles”, comenta refiriéndose a escenas grabadas en vídeo por los militares israelíes de detenciones masivas en otras zonas de Gaza en las que obligaron a la población a quedarse en ropa interior. “Esto no es humano. Somos seres humanos como el resto del mundo, tenemos derechos, tenemos dignidad. Esto es increíble”, añade indignado ante lo que considera pasividad de la comunidad internacional.

Exhaustos, hambrientos, traumatizados

Rafah representa la última parcela de terreno en la que puede refugiarse la población, aunque hasta allí llegan también los bombardeos desde el aire del ejército israelí. En esa zona de Gaza se agolpa más de la mitad de la población del enclave, que asciende a 2,3 millones de habitantes. El ejército los ha ido barriendo desde la zona norte hacia abajo desde que comenzó la guerra el 7 de octubre de 2023, sobre todo desde que puso en marcha la operación militar terrestre el 27 de ese mismo mes. En las últimas horas, los combates han seguido a lo largo de toda la Franja y el ejército israelí aseguró haber acabado con más de 20 “terroristas”, así como destruido su infraestructura e interceptado armas.

Un grupo de palestinos huye de la ciudad de Jan Yunis hacia Rafah, en el sur de la franja de Gaza, este viernes.
Un grupo de palestinos huye de la ciudad de Jan Yunis hacia Rafah, en el sur de la franja de Gaza, este viernes.Abed Rahim Khatib (DPA/Europa Press)

“La población está soportando circunstancias inimaginables. Están exhaustos, hambrientos y traumatizados. Las familias lo han perdido todo y se han enfrentado al desplazamiento en repetidas ocasiones. Miles de personas carecen de refugios adecuados contra el frío y la lluvia, mientras que las enfermedades se apoderan de ellos”, denunció este viernes la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de la red social X (antes Twitter). “Más de 100.000 gazatíes están muertos, heridos o desaparecidos y presuntamente muertos”, estimó el jueves el director de esa agencia de la ONU, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Esa cifra incluye las más de 27.000 personas que las autoridades de la Franja, gobernada por Hamás, dar por fallecidos.

“No sé qué nos puede pasar a mí y a mi familia. Tengo mucho miedo de perder a alguno de ellos. Si tuviera la oportunidad de salir de Gaza con los miembros de mi familia, la aprovecharía sin pensarlo”, zanja Karim.

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By Gladis Covas Pulido

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