Hamás libera a un grupo de 24 rehenes e Israel excarcela a 39 mujeres y menores palestinos | Internacional

Por vez primera en 49 días, Gaza se ha despertado con otro sonido. Desde las 07.00, hora local (06.00, hora peninsular española), con la entrada en vigor de los cuatro días de tregua pactados entre Israel y Hamás, el estruendo de los bombardeos y del avance de las tropas israelíes ha dado paso a la entrada significativa de ayuda humanitaria a una Franja devastada y con mucha de su población desplazada. El alto el fuego está siendo respetado por ambas partes. Esta tregua ―cuya implementación se retrasó un día― incluye además un canje de 50 rehenes israelíes, capturados en el ataque del 7 de octubre, por 150 presos palestinos en cárceles israelíes. Un primer grupo de 13 de esos rehenes ya ha sido liberado y está de vuelta en Israel, después de ser entregados en Gaza a la Cruz Roja. Todos son mujeres, cinco de ellas ancianas, y niños de entre dos y nueve años. En Cisjordania, los primeros 39 palestinos recluidos en prisiones israelíes han sido excarcelados. También se trata de mujeres y menores.

Un segundo grupo de cautivos en Gaza, 10 tailandeses y un filipino, cuya liberación se ha producido fuera del marco del acuerdo entre Hamás e Israel, ha salido también de la Franja.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha confirmado en un comunicado en vídeo la liberación de los 13 rehenes israelíes. “Todos y cada uno de ellos son un mundo entero”, ha declarado. Luego ha recordado que el objetivo final es conseguir la libertad del resto de secuestrados. “Les insisto a ustedes, las familias, y a ustedes, los ciudadanos de Israel: estamos comprometidos con el retorno de todos nuestros rehenes. Este es uno de los objetivos de la guerra y estamos comprometidos a lograr todos los objetivos de la guerra”. Este viernes por la noche, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha afirmado en rueda de prensa que hay “posibilidades reales de que la tregua en Gaza se amplíe más de los cuatro días pactados. Lo de hoy es solo el comienzo, pero hasta ahora todo ha ido bien”.

La oficina de Netanyahu ha divulgado los nombres de los 13 liberados. Se trata, por ejemplo, de Doron Katz-Asher, de 34 años, con sus hijos Raz, de cuatro, y Aviv, de dos; de otras dos madres con sus hijos —de cinco y nueve años, respectivamente—, y de la abuela de uno de los niños, y de otras cinco mujeres de edad avanzada, la mayor de ellas Yaffa Adar. Esta anciana de 85 años aparecía en una foto de Hamás el 7 de octubre, con gesto resignado, mientras los fundamentalistas la transportaban en un cochecito como los que se usan en los campos de golf.

El ejército israelí había anunciado, antes de confirmar que ya estaban en su territorio, que los liberados iban a ser sometidos a un chequeo médico y que luego serían conducidos a un centro de rehabilitación. Las familias de estos 13 rehenes sabían que iban a ser liberados. El resto espera noticias con angustia, más aún cuando los cuatro días de tregua y canje son prorrogables con la misma ratio: un rehén israelí por tres presos palestinos.

En Tel Aviv, la ahora bautizada como plaza de los Rehenes y los Desaparecidos, ha atraído durante la jornada a miles de israelíes, que se acercaban a compartir su alegría por el acuerdo. Lo festejaron cantando canciones populares o de sabbat, con un piano en homenaje a uno de los rehenes. Particularmente al escuchar la noticia de que las 13 mujeres y niños israelíes estaban ya en territorio nacional. La mesa de sabbat con 240 sillas vacías instaladas en la plaza hace mes y medio sigue como recordatorio de los que faltan. También sus fotos, a las que muchos se acercan y quedan mirando con ojos vidriosos, con una mezcla de alegría por el pacto y preocupación por los que faltan, recordados con velas, fotos, pancartas y pintadas como “Traedlos a casa”, “Os esperamos” o “Nuestro corazón está preso en Gaza”.

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Un herido en Cisjordania

Mientras, en Cisjordania, Qadura Fares, el comisionado palestino para los prisioneros, ha confirmado que 39 prisioneros han sido excarcelados. De ellos, 24 son mujeres y 15, menores. Cisjordania ha cantado victoria con la liberación de este primer grupo de palestinos. Laith Othman, de 17 años, ha regresado a la localidad de Betunia, donde se ubica la prisión de Ofer, y ha sido recibido como un héroe. Lo ha hecho ondeando una bandera de Hamás para celebrar que acaba de salir de una cárcel israelí. En las tapias de alrededor, cientos de vecinos cantaban y ondeaban banderas de Palestina, de Hamás y de Fatah, la principal facción de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

La primera mujer liberada en llegar al Ayuntamiento de Betunia, centro de la fiesta, ha sido Sarah Abdallah, de Nablus, que cumplía una condena de ocho años. “Hamás me liberó con el acuerdo y estoy extremadamente orgullosa y agradecida”, ha dicho alzando la voz en la escalera del Consistorio. Abdallah pidió lanzar un mensaje a Yahia Sinwar y Mahamed Deif, los cerebros del ataque del 7 de octubre: “Estoy orgullosa de Sinwar y Deif porque son los únicos que estuvieron a nuestro lado”, ha añadido delante de un grupo de autoridades, entre los que había algunos representantes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

Los 39 reclusos forman parte de una lista más amplia de 300 presos que potencialmente pueden ser liberados (si se prolonga el acuerdo) que publicó el miércoles el Ministerio israelí de Justicia. Israel los define como terroristas, pero la mayoría está condenado por tribunales militares por delitos menores, como lanzar piedras a soldados y colonos y otras faltas de definición vaga. Más de la mitad de las 30 mujeres en la lista están, en cambio, en prisión, acusadas de delitos como intento de asesinato. La ANP calcula el número de presos palestinos en cárceles israelíes en 8.000, tras la oleada de arrestos en Jerusalén Este y Cisjordania a raíz del ataque del 7 de octubre: unos 2.300.

Sin miedo

En Gaza, familias de palestinos desplazados por la guerra (un 80% de los 2,3 millones) han salido a las calles de buena mañana a cargar enseres para regresar a sus hogares o buscar a sus seres queridos bajo los escombros. Han aprovechado para pasear o buscar comida sin temor a los bombardeos. Algunos se han acercado incluso a la playa. Vídeos en redes sociales muestran cómo se están encontrando cadáveres antiguos en la carretera que conecta ambas puntas de Gaza y por la que huían de los bombardeos las familias desplazadas.

El ejército israelí ha lanzado octavillas en el sur de Gaza, donde hay más de un millón de desplazados a la fuerza de sus hogares, para advertirles de que no regresen a sus casas en el norte porque “está prohibido y es peligroso” y la “pausa humanitaria tiene una duración delimitada”.

Israel se ha comprometido a detener estos cuatro días los ataques sobre la franja de Gaza y a suspender en parte las tareas de vigilancia aérea. La milicia de Hamás, a cesar sus ―ya escasos en las últimas semanas― lanzamientos de proyectiles. Ambas partes lo están cumpliendo, salvo incidentes menores, tras una guerra que ha dejado de momento 14.854 muertos en Gaza (de los que 6.150 son menores y unos 4.000, mujeres), en respuesta al ataque masivo y por sorpresa en el que Hamás mató en Israel el 7 de octubre a unas 1.200 personas, sobre todo civiles.

Varios palestinos examinan una zona que fue bombardeada antes del alto al fuego que se ha iniciado hoy, este viernes en Rafah. MOHAMMED ABED (AFP)

Mientras, ha comenzado a fluir la ayuda humanitaria de una forma desconocida en más de mes y medio. Este viernes han cruzado por el paso de Rafah, fronterizo con Egipto, un total de 137 camiones con ayuda humanitaria para Gaza, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Antes de la guerra entraban más de 400 camiones de media en los días laborables, informa Marc Español.

Esta ayuda sigue muy por debajo de las necesidades de Gaza, pero supone un respiro a una Franja sometida a un bloqueo total israelí (salvo la entrada a cuentagotas de ayuda humanitaria) que ha hecho despertar el fantasma de una hambruna o una epidemia como el cólera, ya que la falta de combustible ha dejado inoperativos los sistemas de gestión de aguas residuales.

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By Gladis Covas Pulido

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