Nikki Haley se ha convertido este miércoles en el centro de atención del cuarto debate de los candidatos republicanos a las primarias para las elecciones presidenciales de 2024. El ascenso en las encuestas de la exembajadora estadounidense en la ONU la ha convertido en el objetivo de Ron DeSantis y Vivek Ramaswamy, que compiten con ella. Ambos se han lanzado a atacarla desde su intervención inicial, sin tiempo siquiera para entrar en calor. Haley ha bromeado: “Me encanta toda la atención, amigos. Gracias”. Y el cuarto candidato del debate, Chris Christie, exgobernador de Nueva Jersey, ha puesto el dedo en la llaga: “Estos tres están actuando como si la carrera fuera entre nosotros cuatro”, ha dicho, señalando que en realidad “el quinto tipo”, en referencia a Donald Trump, ausente una vez más, les lleva una ventaja enorme a todo el resto.
No está claro si esos ataques hacen mella a Haley o la refuerzan como la alternativa a Trump. La mayor parte del tiempo ha estado tranquila y calmada, pero también apagada, y por momentos se la veía incómoda, sin tiempo de responder a todas las críticas. El emprendedor Ramaswamy, faltón y maleducado en ocasiones, se ha llevado unos cuantos abucheos del público con sus ataques personales a la candidata. DeSantis, gobernador de Florida, ha tenido más cuidado, pero también ha sido contundente.
Ambos han presentado a la exgobernadora de Carolina del Sur, la única mujer candidata, como entregada a los intereses corporativos y no suficientemente conservadora. El cuarto debate se celebra en Tuscaloosa (Alabama) y por el momento no hay señalado un quinto encuentro. La carrera de las primarias empieza el 15 de enero con los caucus de Iowa.
DeSantis no perdía ocasión de atacar a Haley a cuenta de casi cualquier asunto a debatir, lo cual llamaba especialmente la atención porque esa no había sido su estrategia en los anteriores debates. El gobernador de Florida ha ido cayendo sin parar en las encuestas y Haley le pisa los talones. La ha atacado en temas como las redes sociales, los transexuales y la inmigración, mostrándose con frecuencia algo tenso, gesticulante, como si fuera un ataque a la desesperada, pero por momentos puede haber resultado eficaz.
DeSantis y Ramaswamy han criticado los contactos de Haley con firmas de inversión como BlackRock, que defiende principios de sostenibilidad. También la han atacado por haber formado parte del consejo de Boeing, del que dimitió tras oponerse a un rescate público. “En cuanto a los donantes que me apoyan, simplemente están celosos. Desearían que les apoyasen a ellos”, ha contestado.
Ramaswamy ha dicho que Haley estaba “en bancarrota” cuando dejó de ser embajadora ante Naciones Unidas y luego pasó a formar parte del consejo del gigante aeroespacial Boeing. “No estábamos en bancarrota cuando dejé la ONU: somos gente de servicio público. Mi marido es militar, y yo serví a nuestro país como embajadora de la ONU”, ha contestado primero. Y también ha defendido sus 10 meses en el consejo de Boeing, señalando que lo abandonó durante una disputa sobre los fondos de rescate por la covid. “Me encanta Boeing. Me opuse a los rescates de Wall Street cuando muchos republicanos los apoyaron. Yo les digo a los donantes lo que creo. Ellos no me lo dicen a mí”, ha indicado también.
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Ramaswamy la ha atacado por el hecho de que el destacado donante demócrata Reid Hoffman había dado 250.000 dólares a un comité de acción política que la apoya. Hoffman “es efectivamente George Soros Jr.”, ha dicho. Y ha habido un momento algo infantil en Ramaswamy que se ha llevado abundantes abucheos: ha sacado un cartel escrito a mano en el que ponía “Nikki=Corrupta”. La moderadora le ha dicho a Haley: “¿Desea contestar?”. Y ella ha noqueado a su rival: “No, no merece la pena gastar el tiempo en responderle”. Haley ya tuvo un momento destacado en el tercer debate cuando le dijo: “No eres más que escoria”.
Los ataques han sido tan evidentes que Christie ha salido en algún momento en defensa de Haley, especialmente frente a Ramaswamy. “Este es el cuarto debate en el que usted sería votado en los primeros 20 minutos como el fanfarrón más odioso de Estados Unidos. Así que cállese un rato”, le ha dicho. Christie ha afeado a su rival que cuestionase la inteligencia de Haley. En su opinión, Ramaswamy “tiene un problema con las mujeres”, una forma de decir que es un machista.
Christie es el único que ha atacado abiertamente a Trump. “A menudo es muy difícil ser la única persona en el escenario que dice la verdad”, ha dicho. Se ha referido a Trump como un “dictador” y un “matón” y, ante el silencio de sus compañeros de debate, también ha hablado de él como “Voldemort”, el personaje de la saga de Harry Potter que no debía ser nombrado. Y ha dicho que quizá sus rivales evitaban criticar a Trump porque tenían “aspiraciones futuras”. “Quizá esas aspiraciones futuras sean ahora o quizá sean dentro de cuatro años. Pero lo cierto es que hay que decir la verdad”, ha continuado. “[Trump] no es apto. Es un tipo que acaba de decir la semana pasada que quiere usar el Departamento de Justicia para perseguir a sus enemigos cuando llegue allí. Tal vez el hecho es que no es apto para ser presidente. Y no hay mayor problema en esta carrera que Donald Trump”, ha añadido.
El exgobernador de Nueva Jersey se ha enzarzado con DeSantis porque este no se mojaba sobre si Trump es apto para el cargo. Se limitaba a decir que habría que elegir a alguien que no sea tan mayor y que tenga la posibilidad de cumplir dos mandatos. “Si tienes miedo de ofender a Donald Trump, ¿qué vas a hacer cuando te sientes frente al presidente Xi [Jinping] y frente al ayatolá y frente a [Vladímir] Putin? Tienes que estar dispuesto a ofender con la verdad y responder a la pregunta: ¿apto o no apto?”.
Christie, de hecho, también ha usado su alegato final para atacar a Trump y ha sido abucheado, a lo que ha contestado: “Podéis seguir negando la realidad. Pero si negamos la realidad como partido, tendremos [otros] cuatro años de Joe Biden”. “Christie es el único que está plantando cara a Trump. Sus respuestas al menos han intentado comerle terreno al tipo que lleva 40 puntos de ventaja. El resto solo están acolchando esa ventaja”, tuiteó el expresidente del Comité Nacional Republicano Michael Steele.
Por su parte, Ramaswamy, que había abrazado durante el debate varias teorías de la conspiración de extrema derecha, incluida la de que el asalto al Capitolio fue un montaje, ha desperdiciado su intervención final diciendo que el cambio climático es un bulo.
Quedaban Haley y DeSantis, los dos seguidores —no tan— inmediatos de Trump en las encuestas. La candidata se ha ofrecido como alternativa al expresidente, citándole expresamente: “Tenemos que detener el caos, pero no se puede derrotar al caos demócrata con caos republicano. Y eso es lo que nos da Donald Trump. Mi enfoque es diferente. Sin drama. Sin venganzas”.
DeSantis ha recurrido a su éxito electoral como gobernador: “Tenemos que volver a ganar como partido, ganar las elecciones, cosa que nos ha costado, pero también ganar en los grandes temas. Y nadie les ha derrotado más que yo en el Estado de Florida en un tema tras otro. Hemos ganado y hemos ganado a lo grande y eso es lo que haremos por ustedes”. El gobernador de Florida estuvo más dinámico que en anteriores debates. “De acuerdo con algunos de aquí que DeSantis tuvo uno de sus mejores debates (especialmente la segunda mitad). Pero, ¿fue lo suficientemente bueno como para hacer descarrilar a Haley? No lo creo”, concluía Amy Walter, la directora del influyente Cook Political Report.
Trump, mientras, tenía en su agenda actos de recaudación de fondos. Sigue liderando las encuestas con una gran ventaja. “El verdadero ganador de esta noche no ha sido nadie de [Ala]Bama, ha sido el tipo que vive al norte de Boca [Ratón]”, escribió Scott Walker, candidato republicano en 2016. “Ninguno de los candidatos restó apoyo al favorito esta noche ni en ninguno de los debates anteriores”, añadió.
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