Los calentones deslenguados en las redes sociales pueden salir muy caros. Tanto como costar el puesto de trabajo. Que se lo digan a Gina Carano, actriz texana de 41 años, que perdió una de las grandes oportunidades profesionales de su vida por un poco acertado tuit. Su comparación entre el odio a los judíos durante el Holocausto nazi y el que, en su opinión, sufren los republicanos estadounidenses “por sus ideas políticas” le costó su papel en la serie de Disney The Mandalorian. Ahora, exactamente tres años después de aquel episodio, Carano ha decidido demandar a la compañía audiovisual y pedirle que la readmita y le pague al menos 75.000 dólares en daños. Después de que Elon Musk anunciara hace unos meses que X ayudaría a financiar la readmisión de cualquiera que fuera despedido por hacer uso del derecho de expresión en la plataforma, ahora colaborarán en la representación legal de Carano.
De ahí que no sea de extrañar que la intérprete haya utilizado esa red para dar a conocer esta demanda, presentada ante un tribunal federal en el Estado de California. “Después de 20 años construyendo mi carrera desde abajo, y durante el régimen del ex director ejecutivo de Disney, Bob Chapek, Lucasfilm lanzó este comunicado en Twitter, despidiéndome de The Mandalorian: ‘Actualmente Gina Carano no trabaja para Lucasfilm y no hay planes para que lo haga en el futuro. Sin embargo, sus publicaciones en las redes sociales denigrando a las personas por su identidad culturales y religiosas son aborrecibles e inaceptables’. Nada más lejos de la verdad”, afirmaba, asegurando que había sido “perseguida” por todo lo que colgaba y todo lo que marcaba como que le gustaba: “Porque no estaba en línea con la narrativa aceptada entonces. Mis palabras eran consistentemente retorcidas para demonizarme y deshumanizarme como si fuera una extremista de la derecha. Fue una campaña de difamación intimidatoria destinada a silenciarme, destruirme y convertirme en un ejemplo”.
El mensaje compartido por la actriz de The Mandalorian —apareció en ocho capítulos de sus dos primeras temporadas interpretando a la mariscal de campo Cara Dune— fue borrado poco después de que lo escribiera, pero muchos seguidores de la serie lo guardaron y difundieron en redes. En él se leía: “Los judíos eran apaleados en las calles, no por los soldados nazis sino por sus vecinos… incluso por niños. Como la historia está editada, la mayoría de la gente no se da cuenta de que para llegar al punto en el que los soldados nazis podían atrapar a miles de judíos, el gobierno primero hizo que sus propios vecinos los odiaran simplemente por ser judíos. ¿Cómo es esto diferente a odiar a alguien por sus ideas políticas?”. En los meses anteriores, en los momentos más duros de la pandemia de la covid, se burlaba de quienes usaban mascarillas. También criticó el movimiento Black Lives Matter. Además, llegó a sugerir, siguiendo la estela de Donald Trump, que las elecciones presidenciales de 2020 fueron fraudulentas, una teoría frecuentemente repetida por la extrema derecha y uno de los detonantes del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
Ella afirma que nunca usó un lenguaje violento, sino imágenes, memes, frases y a veces sus palabras, “no de forma agresiva sino con respeto y ocasionalmente en forma de comedia para mantener un tono ligero en tiempos oscuros”. Niega que en sus frases de 2021 comparara a los republicanos con los judíos que sufrieron el Holocausto, defiende que nunca fue racista ni tránsfoba, y que sus frecuentes comentarios en redes en los que cuestionaba “las mascarillas, los confinamientos y las vacunas forzosas” solo buscaban “ir más allá y exponer los hechos ante la luz”. Además, acusa a la industria del entretenimiento de ser falsa en sus supuestos apoyos a las mujeres: “¿Por qué a mis compañeros de reparto se les permitía hablar sin acoso ni cursos de reeducación ni despidos, pero a mí no se me concedía el mismo derecho a ejercer mi libertad de expresión?”. Afirma que ha hablado con muchos de sus compañeros y que ha recibido palabras de apoyo por su parte.
Ahora, Carano solo busca continuidad para su carrera en el mundo del entretenimiento —que empezó hace unos 15 años; ha participado en una docena de títulos, la mayoría de acción, como la saga Fast&Furious y en películas como Imparable, de Steven Soderbergh, y Deadpool, de Tim Miller—, algo que no le está siendo fácil. “Resulta difícil avanzar con todas esas mentiras y etiquetas apoyadas y animadas por la empresa de entretenimiento más poderosa del mundo”, asegura. “Estoy agradecida de que alguien haya salido en mi defensa de un modo tan poderoso buscando limpiar mi nombre”.
Elon Musk y la plataforma que el magnate compró en octubre de 2022 se han convertido en sus aliados y la han ayudado a obtener representación legal. El propio Musk se ha declarado como acérrimo defensor de la libertad de expresión, aunque no permite las críticas contra su persona y ha despedido a algunos empleados de la plataforma por hablar mal de él. El autodeclarado “absolutista de la libertad de palabra” escribió en X hace unos meses, como ahora recuerda Carano, que si alguien era despedido por usar X para ejercer ese derecho, él le apoyaría y cubriría los gastos legales para que le readmitieran.
Aquello fue en agosto, y Carano contestó: “Una noble oferta, pero ni en mis sueños me habría imaginado que alguien se hiciera cargo de mi caso contra Disney y Lucasfilm. Aun así, respondí que creía que podía encajar y miles de personas se mostraron de acuerdo, pero no esperaba nada. Para mi sorpresa, unos meses después recibí un correo de un abogado contratado por X para revisar mi caso y muchos otros. Resulta que después de enviarles toda la información que pude reunir en esos últimos meses, mis ahora abogados y X creen de todo corazón en mi caso y siguen adelante”. El propio Musk no ha dejado pasar la ocasión y ha retuiteado el mensaje de Carano a sus más de 171 millones de seguidores: “Por favor, si quieres unirte a la demanda contra Disney, háznoslo saber”. En otro mensaje ha asegurado sentirse “orgulloso” de proporcionar ayuda financiera a Carano y de “apoyarla en la reivindicación de sus derechos de libertad de expresión en X y la capacidad de trabajar sin intimidación, acoso o discriminación”
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