La Unión Europea no ha encontrado indicios de que su ayuda al desarrollo para Palestina haya terminado en ninguna forma en manos de Hamás. La ayuda estaba bajo revisión urgente desde el 9 de octubre, dos días después de los ataques de la milicia islamista contra Israel, una revisión lanzada por el comisario húngaro Olivér Várlhely, encargado de Ampliación y Vecindad, que desató gran controversia, preocupación y malestar entre varios Estados miembros. Bruselas asegura que no ha hallado malas prácticas, pero sí hay dudas sobre al menos dos proyectos, que han recibido acusaciones de incitación al odio o la violencia. De ahí que hayan decidido reforzar sus “salvaguardas” de control, según ha acordado este martes el colegio de comisarios en una reunión en Estrasburgo. La decisión no ha satisfecho a todos, un grupo de comisarios han advertido de que ese refuerzo puede dificultar la llegada de la ayuda a los palestinos.
Una ayuda —el apoyo al desarrollo, así como la ayuda humanitaria, que no ha estado bajo revisión y que la UE ha cuadriplicado— cada vez más necesaria para la franja de Gaza, que vive en una situación catastrófica por el asedio de Israel en respuesta a los ataques de Hamás, que mataron a 1.200 personas y tomaron como rehenes a más de 200, según cifras de Israel. Más de 14.000 personas han muerto en la Franja por los ataques israelíes, según las autoridades gazatíes.
“La revisión no encontró indicios de que el dinero de la UE haya beneficiado directa o indirectamente a la organización terrorista Hamás”, ha afirmado el vicepresidente ejecutivo y responsable del área económica de la Comisión, Valdis Dombrovskis. “El sistema de control vigente ha funcionado. Los pagos a los beneficiarios palestinos y a la UNRWA [la Agencia de las Naciones Unidas para los Palestinos] continuarán sin demora alguna”, ha añadido en una rueda de prensa en Estrasburgo.
La auditoría europea ha analizado toda la cartera de desarrollo, incluidos los programas de apoyo a la población palestina, a la Autoridad Palestina (que gobierna en Cisjordania), o a la UNRWA. También, otras iniciativas de la Comisión, como Erasmus+. Uno de esos proyectos educativos, en una universidad de Gaza, que daba prioridad a los hijos o familiares de “mártires”, es uno de los dos congelados tras el análisis comunitario, según fuentes de Bruselas.
Tras la auditoría, Bruselas ha determinado también que algunos proyectos de infraestructura ―como uno denominado “gas para Gaza”, programas de ayuda para el agua potable o plantas desalinizadoras― ya no son viables por la situación en el terreno. Gran parte de la Franja, uno de los lugares con mayor densidad de población del mundo, está muy dañada y asolada por los bombardeos. Los fondos correspondientes a esos programas de infraestructura —unos 75,6 millones de euros— se trasladarán a otros programas.
La UE es el mayor proveedor de asistencia exterior a los palestinos, con 1.177 millones de euros para el período comprendido entre 2021 y 2024, y la revisión de las ayudas y su posible congelación (no se ha producido porque no había pagos previstos) suscitó gran malestar entre algunos Estados miembros, como España, que reclamaron más claridad y advirtieron contra el daño a la imagen de la UE en una región que ha acusado al club comunitario de mantener una doble vara de medir y de que no tiene en cuenta las muertes de civiles palestinos.
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Algunos temen que el escrutinio de Bruselas de las ayudas y ese refuerzo de las salvaguardas —que no es solo para evitar que la ayuda acabe en manos de Hamás, sino también para que no vaya a programas que puedan perjudicar la reputación de la UE— pueda hacer más difícil que los socios en el terreno y sus proyectos reciban los fondos.
La auditoría positiva de Bruselas coincide con el despunte del debate en la UE sobre el día después para la guerra de Israel contra Hamás y el futuro de Gaza. La Unión, como gran donante, sabe que tendrá un papel destacado en la reconstrucción. El alto representante para Política Exterior y Seguridad, Josep Borrell, prepara ahora un informe de análisis sobre el futuro de Gaza que los ministros de Exteriores de los Veintisiete valorarán en su próxima reunión en diciembre.
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